12/6/07

el olor de su cuello..


Un sabio se puso a recordar algún que otro viaje a su Sur precioso,
ese que siempre recuerda entre lagrimas;
allí, los mares divulgan entre sus olas chusmas,
que han visto pasar solo una vez una mujer con aires de árboles,
un perfume particular de tierras en donde la nieve
alfombra todo lo que tu ojo pueda ver.

Dicen que quien la halla olido, quien pudo oler su perfume de abedul
se fué de si mismo una vez, y jamás pudo regresar
a las cavernas saladas de donde vino.

Y así mismo se fué,
como la mismísima perfección asustaba y sonreía.
Desapareció en esa lagrima que derraman
los amores que no dejan amar

En ella vive ese tentador olor e insiste
en que solo uno pede romper su barrera
y entre los colores de un calidoscopio
cristalizar esos dos cuerpos en una forma sin forma.
Amor de nubes.

Hubo un hombre, un joven cadáver
(que sigue en pie por la inercia viciosa de los desvíos),
pero a ese bohemio nunca mas se lo vió caminar estas calles de mar
que tanto le gustaban...
El, manoseaba su espalda, su herida espalda,
mientras conducía una estrella loca
que toda su vida sostuvo bien alto.
La hacía reír, aunque tenía la mirada triste de un vagabundo,
de esos que ya no llevan nada,
solo una risa honesta detras de una lagrima.

A el, y a ella les encantaba la ternura que se desprendía de la luna,
eran sus fieles seguidores,y ella la diosa de sus noches.

Hoy, digo hoy..
La luna golpeá sus parpados, que solo se abren con ella
Y el callejón frente a la plaza se hace un perfecto escenario,
hoy los locos de la cuadra se ponen a contar historias
y él.. el barbudo de la noche
intimida a cualquiera de ellas,
porque todos saben que el guarda las mejores leyendas

Como la de los duendes que se ponían a escribir graffitis
de sus lamentos en medio de la medianoche
en la facultad de bellas artes,
o la de las esquinas que una vez cansadas de iniciar dolores
decidieron no doblarse mas, o la de las burbujas de cenizas,
muñecas teñidas de odio que se plasmaron en una hoja,
dejando a un poeta manco..

Todas y cada una salen de esos tibios labios..
Los locos del barrio dicen que él, está más loco que ellos
Pero ellos no saben ni entretenerse con ellos mismos

Y el solo se sienta e imagina, todo el tiempo imagina,
y toca mundos enteros
Saborea la piel como nadie… como nadie

Una vez contó, que la tinta de su cabeza recordó la mejor historia
Buscó entre las olas del sur una mujer, que según él, olería a amor
Una mujer con aires de árboles, con un bellísimo olor a abedul..

Contó que una tarde la encontró, recostada en la tristeza,
sus manos estaban solitarias, él la saludó, ella sintió sus dedos,
pero sintió mas la tibieza de su voz

Y él sintió su olor,
se había equivocado

La mujer mas hermosa olía a amapolas…

1 comentario:

natalia dijo...

¿Y cuando vas a dejar tus graffitis sobre la facultad de Bellas Artes?