Las palabras, los silencios..

Ella se acomodó en el viento..
Y siguió caminando, brotando en cada paisaje de su día urbano
Se sintió cómoda quizás, no esperaba mucho, quizás buscaba..
Los rastros se habían perdido un par de veces
Ella hablaba consigo misma de los recuerdos como arpas de la piel, escuchaba sus melodías, y se hacía doncella,
Las calles eran sus calles, ella era a esa hora, y en esos pasos
una princesa del asfalto caminando por su reino.

Sentía cada mirada de otros caminantes como muy sobrias, muy tercas de la vida a mansalva, superficiales, y un tanto aisladas..
Un iris le avisó al otro, que frenaran..
Y un pensamiento a sus piernas, que se encontraban ahí,
haciendo piruetas en ese lugar, y sin moverse,
recuerdos que subestimó demasiado la empezaron a envolver y a humedecer la soledad de sus poros

Respiró hondo, el aire olía a esa mirada, abrazándola..
Soltó el aire con miedo a entristecer, pero era tarde..
Sus manos apretadas se encargaron de parar el tiempo a su medida

Su cara triste, su enojo hecho miel, su insistente rendición se adueñaron de su cuerpo, lo dejaron perdido, sin mapas,
ni brújulas, ni nortes.

Perdida en su lugar, ahorró un poco de energías para seguir caminando después del recuerdo con sus ojos brillosos
Siguió paseando..

Ella y sus silencios se pusieron a conversar con el vacío
otra vez con ese vacío..


Hay cosas eternas, yo a ella le digo vida
Es su único nombre, el único que pude darle.